El 16 de septiembre de 1976, ocurrió en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, la llamada Noche de los Lápices. Se cumplen 42 años de aquella noche oscura, símbolo de la represión de la última dictadura cívico- militar argentina (1976-1983) ejercida sobre les estudiantes.

Las víctimas fueron, en su mayoría, estudiantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), una organización que fue creada, en 1953, por el gobierno de Juan Domingo Perón. Esta agrupación estudiantil junto a otras escuelas, habían reclamado, en 1975, el Boleto Estudiantil Secundario, un beneficio conseguido en el último gobierno democrático antes de la dictadura, y que el gobierno militar de la provincia de Buenos Aires fue quitando de a poco por medio del aumento paulatino de su precio.

Las Fuerzas de Seguridad secuestraron la noche del 16 de septiembre a: Horacio Ángel Ungaro (17 años), Daniel Alberto Rasero (18 años), Francisco López Muntaner (16 años), María Claudia Falcone (16 años), Victor Triviño (16 años), Claudio De Acha (17 años), María Clara Ciocchini (18 años). Quienes, hasta el día de hoy, continúan desaparecides. Por otro lado, sobrevivieron: Pablo Díaz (19 años), Patricia Miranda (17 años), Gustavo Calotti (18 años), y Emilce Moler (17 años).

Durante el periodo dictatorial, la gran mayoría de jóvenes tenía una característica común: la búsqueda de la transformación de una sociedad que consideraban injusta. Compartían un ideal revolucionario que se manifestaba críticamente frente al orden de lo establecido.

Ese conjunto de jóvenes, resultaba un peligroso obstáculo para la estrategia del gobierno de facto, el cual, tenía como objetivo principal, el disciplinamiento de la sociedad argentina. Para eso, las fuerzas armadas tenían que eliminar cualquier elemento que ellos considerasen subversivo (es decir, que altere el orden social), en este caso, lo eran aquellos jóvenes. De esta manera, se encargaron de esto, a través del ejercicio de una violencia sistemática y generalizada mediante el uso de armas, pasando por encima todo tipo de derecho.

Es una fecha importante en la historia de nuestro país. Toca un hecho que es la síntesis de lo que representó el terrorismo de estado en Argentina, y el gran compromiso social y político que tuvo la juventud. Es un día de reflexión en la construcción social de la memoria, y más en el contexto actual que vivimos, en el que les estudiantes protagonizan el grito por la educación pública, gratuita y laica. Sí, 2018, y los lápices siguen escribiendo…

 

Nota: Luciana Laguardia

Imágenes: Romina Morton Delgado (tomadas el día viernes 14 de septiembre, en la marcha realizada en Córdoba en conmemoración de este hecho histórico)