Un hecho puntual protagonizado por varias mujeres en Necochea desató el enojo de muchos ciudadanos y la inmediata represión policial.  De repente muchas voces nos indican que nuestro cuerpo es obsceno, que no puede exhibirse, que moralmente deberías esconderlo y sentir vergüenza de él. Claro, eso si no coincide con los cánones que exigen muchos de los Medios Masivos de Comunicación y el ranking televisivo del país.  

Ayer en motivo de este reclamo y muchos otros que ponen en tela de juicio NUESTRO cuerpo, se manifestaron en distintas ciudades de Argentina grupos de mujeres en defensa de sus derechos y libertades.

A partir de este hecho, un tema muy invisibilizado hasta entonces, pasa a ser parte de la agenda de todos los medios del país y también tiene una alta repercusión en las redes sociales. El centro de discusión parte de exigir a la sociedad y al Estado “La libertad de nuestros cuerpos“, al entrarse en el entramado social comienzan a generarse diversos discursos que no podemos ignorar.

“Si van a hacer exhibiciones obscenas vayan a otro lugar que no sea el espacio público”. En ningún momento hubo acoso, ni exhibiciones obscenas, ya que estamos hablando de nuestros pechos. Lectores y lectoras los pechos de hombres y mujeres, de trans y lesbianas, de putas y monjas son biológicamente iguales. Y recordemos entonces que las mujeres involucradas en el hecho no mostraron su genital.

En cuanto a la invasión de “tu espacio público” también es nuestro, y somos conscientes que relajarnos y tomar sol sin tapar nuestros pezones no debería resultar intimidante ya que a diario ves tu cuerpo y el de los hombres que caminan a tu lado en “cuero”. La única diferencia que existe entre los pezones de ambos es que en nuestro caso se ha sexualizado esta parte de nuestro cuerpo.

 “Si tengo derecho a mostrar mi pecho, no puedo pedir después que no me acosen”. La palabra consentimiento definitivamente debería ponerse de moda. Te vistas como te vistas, muestres más o menos, nadie puede tocar a nadie sin asentimiento.

 “Quieren cancelar concursos de belleza pero ahora dicen que quieren mostrar su cuerpo libre”. Dos ideas distintas, vienen a mezclarse en esta expresión con el único objetivo de ningunear la lucha de muchas mujeres por erradicar estos conceptos. Lo que se critica de los concursos de bellezas es la imposición de un modelo estereotipado de mujer, como bello y aceptado socialmente. Además de la comercialización del cuerpo, y no hablamos de cualquier cuerpo sino de aquél que se vende porque encaja con los estereotipos que la sociedad si está dispuesta a consumir.

“No es que queramos hacer concursos de belleza en la calle”. La cultura patriarcal y machista que nos rige históricamente ha hecho de nuestros cuerpos objetos. Y con esto ha impuesto desde su mirada miles de ideas respecto de nosotras. No es casualidad que el pezón femenino esté erotizado y no el masculino. No es casualidad que todo el cuerpo de la mujer esté extremadamente erotizado y no el masculino. Es una estructura cultural que maliciosamente se disfraza de vergüenza “natural”.

Pareciera que hay dos tipos de pezones: los que la televisión y las revistas de moda te muestran y no molestan; y por otro lado el pecho que amamanta, el pecho que su dueña libera y que el estado reprime.  Resulta que la sociedad consume un tipo de tetas a diario, que muchas veces no nos identifican y muchas otras sirven para denigrar y borrar nuestro verdadero y natural cuerpo de mujer. Hoy sentimos que durante mucho tiempo en realidad nos desconocimos, o quizás nunca nos conocimos lo suficiente, porque son tantos los estereotipos que recaen sobre nuestro cuerpo que no pudimos ni imaginarnos siendo Libres.

Por último, ante la banalización de las luchas feministas queremos resaltar que éste enseña que la liberación nunca puede ir por encima de lo que una/o está dispuesta/o. Existe una cuestión histórica patriarcal y machista que con distintos conceptos intenta sacar de foco el reclamo en cuestión. Solo y con la idea de seguir oprimiéndonos aún en el momento que decidimos empoderarnos.

Y no decimos que mañana todas queremos andar en tetas por la vida, lo realmente importa discutir hoy es qué zonas mostrar y cuáles no, porqué el hombre lo hace y la mujer no. ¿Qué es lo que realmente pasó en la historia para que nuestros cuerpos deban ser tapados? Esto es lo que hoy nos lleva a replantearnos y repensarnos como mujeres.

Ayer el hombre heterosexual tuvo que ver como otros iguales a él apoyaron a estas mujeres y sus reclamos (inclusive en Córdoba muchos de ellos increparon a las y los participantes del “tetazo”) ese tipo se fue a su casa con la imagen de todas esas pibas que estaban en tetas bailando, cantando, abrazándose pero ninguna era para él. Y desde ese momento ese varón heterosexual se cuestionará muchas cosas de la vida… ésa es la lucha.